17 febrero 2008

Golden Heart I

Esta noche no pude evitar pensar si en esta vida que vivimos....¿las cosas suceden al azar o siguen unas pautas determinadas para cada individuo? ¿Todo está escrito? ¿o vivimos sumidos en una nebulosa de caos y entropía donde los acontecimientos surgen de choques aleatorios entre átomos? ¿Somos sólo masa de energía? ¿O, por el contrario, nuestra vida está escrita en algún soporte desconocido en algún lugar infinito?
Los humanos (al menos, los que yo conozco) se dividen en dos grupos: los que son muy racionales, tienen pensamiento científico y sólo creen en lo demostrable empíricamente, y los sensoriales, los que creen que nuestro destino está escrito en las estrellas y que existe otro mundo paralelo de almas sin cuerpo que nos cuidan y protegen.
Yo soy de los dos. ¿Piensas que no es posible? Te demostraré empíricamente que sí lo es...Mira, hace años que le doy vueltas en mi cabeza a una teoría: serendipia o teoría de los descubrimientos fortuitos. La serendipia es un término que se ha utilizado para justificar numerosos descubrimientos científicos como el Principio de Arquímedes, otros pseudocientíficos como el descubrimiento de los post-it y otros más viscerales como el descubrimiento del amor de tu vida. Por tanto, los seguidores serendipíticos pertenecemos a los dos grupos de humanos conocidos.
Quienes me conocéis sabéis a qué me refiero. Puedo pasar sin pestañear de defender con uñas y dientes la teoría de la evolución a asegurar que, en algún lugar del universo, hay un hombre maravilloso reservado para mí, para cada una de nosotras. Y es que no creo que se me pueda tachar de loca porque...todo lo puedo demostrar...

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