05 marzo 2008

Golden Heart V y último.

Desde aquello pasaron unos días en que no nos vimos, ni coincidíamos en el trabajo ni en ningún sitio. ¡Gracias al cielo!, pensé que era el fruto de mis rezos diarios. No quería verle, ¿qué iba a decirle?:"Siento lo de la otra noche, no volverá a pasar", no podía decirle eso porque...porque.....no era verdad!
No quería reconocerlo, pero estaba deseando volver a verle, volver a sentir las mariposas revolotear, volver a despertarme a su lado, volver a sentir su suave piel y sus ojos negros clavados en los míos. Pero pasaban los días y parecía que la tierra se lo hubiese tragado. No aparecía por ninguna parte, y no podía llamarle, parecería una mujer desesperada. Tenía que emcontrármelo casualmente y parecer desinteresada, y todo eso que se suele hacer cuando alguien te atrae.
Pensé que otra vez me había vuelto a suceder, a mí, a la fría, calculadora e invulnerable mujer que domina y no quiere relaciones estables. Ahí estaba, de nuevo enamorada, sin coraza, desprotegida frente al amor, mostrando mis sentimientos otra vez. Estaba atemorizada. No quería volver a pasar por lo mismo nuevamente. No sabía si sería capaz de soportarlo, pero, en los comienzos de una relación, es más fuerte la pasión que la razón. Y ella me llevó a llamar a Alastair. Tomamos un café. Nos empezamos a conocer, a contar nuestras penas, nuestras aspiraciones en la vida y nos fuimos dando cuenta de que habíamos estado años perdiendo el tiempo. Éramos el uno para el otro, dos piezas del mismo puzzle y para ambos éramos la pieza que nos faltaba en el puzzle de nuestra vida. A partir de entonces, no ha pasado un segundo sin que lo hayamos compartido.
¿Es o no es un descubrimiento casual que lo tuve durante años delante de mí sin verlo hasta que llegó el momento preciso? Entonces...¿crees ahora en la serendipia?

No hay comentarios: