Ya se están terminando las mini-vacaciones de Semana Santa...ya cada vez está más cerca la vuelta a la rutina: clases-trabajo-casa-gimnasio-clases-trabajo etc etc en fin, todo lo bueno se acaba!!
Me he pasado toda la semana a la caza y captura de caballos. Caballos de todo tipo: salvajes en los montes gallegos, domésticos pastando en fincas privadas, de competición en un concurso de saltos...lo dicho, todo tipo de caballos vistos a través del objetivo de mi cámara.
La idea era conseguir material para participar en un concurso fotográfico pero...¿alguna vez os habéis parado a pensar en lo difícil que es fotografiar a un caballo? La primera dificultad es que no se están quietos nunca! en el concurso de saltos ya me pareció una tarea imposible, en los montes ya ni te cuento, y los únicos que posaron encantados para mí fueron los caballos domésticos que me encontré por el camino. Ellos parecían tristes, algunos con las patas atadas entre sí y casi sin poder moverse, otros atados con cortas cadenas que restringían sus movimientos, unos jóvenes y otros casi ancianos, todos me miraban escépticos, me analizaban primero y después de comprobar que no suponía ningún peligro, dejaban que me acercase para retratarles. Me miraban con sus ojitos lastimosos y luego seguían a lo suyo: saboreando la mejor hierba.
La idea era conseguir material para participar en un concurso fotográfico pero...¿alguna vez os habéis parado a pensar en lo difícil que es fotografiar a un caballo? La primera dificultad es que no se están quietos nunca! en el concurso de saltos ya me pareció una tarea imposible, en los montes ya ni te cuento, y los únicos que posaron encantados para mí fueron los caballos domésticos que me encontré por el camino. Ellos parecían tristes, algunos con las patas atadas entre sí y casi sin poder moverse, otros atados con cortas cadenas que restringían sus movimientos, unos jóvenes y otros casi ancianos, todos me miraban escépticos, me analizaban primero y después de comprobar que no suponía ningún peligro, dejaban que me acercase para retratarles. Me miraban con sus ojitos lastimosos y luego seguían a lo suyo: saboreando la mejor hierba.La verdad es que me dieron mucha pena, pero después de ver lo guapos que salieron en las fotos quiero imaginar que mi breve compañía les agradó e hizo más ameno su día.



2 comentarios:
Preciosa foto y perfil del caballo, con esa mirada seguro quiso transmitirte algo.
Un saludo.
Ya casi no me acuerdo de la semana santa.
Gracias por tu visita y tu comentario en mi blog.
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